Al contemplar la vastedad de los grandes lagos norteamericanos, uno no puede evitar conmoverse. La amplitud, la magnificencia llenan los contornos de un estremecimiento único. Pero si estos mismos lagos de repente se vieran vacíos, secos, sin nada que ofrecer, las sensaciones serían completamente distintas. Del mismo, modo la vastedad de las almas que se contempla en estas páginas, de pronto se ha vaciado, se ha secado y los personajes parecen flotar extenuados en lo emocional. Esta colección de cuentos de Fernando Olszanski, explora ese tipo de sensaciones: la pérdida, la soledad, la extenuación del espíritu humano. Grandes lagos vacíos, tal cual reza el título de este volumen de cuentos, nos trae veinte textos que emocionan, que preocupan, que entristecen, que asustan y que nos hacen reflexionar ante la condición del ser humano y sus circunstancias extremas. Los personajes son sometidos a situaciones intensas y estos, dentro de su propia veracidad, deberán confrontar sus demonios y resolver estos escenarios de la mejor manera posible. O no. Al usar los lagos como hilo unitario de estos textos, la lectura nos lleva a través de un viaje por distintas coyunturas y por diferentes resoluciones. Estos escritos son bellos desde lo narrativo pero también desde lo humano y lo analítico. Olszanski se posiciona con esta nueva entrega como un escritor mordaz, profundo y crítico, lo que es garantía no solo de la satisfacción del lector, sino también, de una visión perspicaz, intensa y provocadora. Un libro para dejar huella.